viernes, 25 de febrero de 2011

Dulces naturales

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El azúcar refinado, pobre nutritivamente, y los edulcorantes artificiales, que no están libres de riesgos, tienen alternativas naturales. Desde la miel a la estevia, las opciones sanas ofrecen diversidad de matices y muchos más nutrientes. Texto Natalia de la Torre
El peligro viene de la mano de los productos fabricados por el ser humano mediante refinación. La oportunidad está en las alternativas dulces naturales, que proporcionan energía, micronutrientes valiosos y aromas matizados.
Sobre el azúcar refinado ha caído la culpa de la obesidad, la diabetes, las caries e infinidad de otros problemas de salud. Puede tener parte de responsabilidad, pero ésta es seguramente de las dietas desequilibradas con demasiados alimentos refinados y desnaturalizados. La industria alimentaria ha propuesto una supuesta solución: una amplia variedad de supuestas alternativas al azúcar. La sacarina, por ejemplo, se ha convertido en una sustancia omnipresente de la cultura light, pero este y otros edulcorantes artificiales no han reducido la incidencia de las enfermedades.
El azúcar blanco resta nutrientes de nuestro organismo, porque su asimilación exige que el cuerpo invierta cromo, magnesio, zinc y vitamina B1. Una vez en el sistema digestivo, se asimila rápidamente y eleva los niveles sanguíneos de glucosa, lo que favorece los cambios bruscos en el estado de ánimo y la disponibilidad de energía, así como las alteraciones endocrinas que lleven a la resistencia insulínica, el síndrome metabólico y la diabetes.

Por fortuna la naturaleza ofrece suficientes alimentos dulces, con personalidad propia y propiedades que enriquecen la dieta. Consumidos con moderación, en el marco de una alimentación y un estilo de vida sanos, no perjudican, sino todo lo contrario.
*La opción integral: El azúcar integral de caña. No ha sufrido ningún proceso de refinación mediante altas temperaturas, adición de cal, dióxido de azufre, ácido fósfórico y otros agentes utilizados por la industria azucarera. El azúcar integral, que presenta una humedad característica, debida a que cada cristal está rodeado de una película de melaza, se puede utilizar en la cocina como sustituto general del azúcar blanco. No obstante, es sacarosa en un 96 por ciento y contiene pocos minerales y vitaminas.
*Frutas desecadas, siempre Las estrellas del dulzor concentrado y sano son las frutas deshidratadas, que en pequeñas dosis pueden utilizarse diariamente.La desecación al aire libre y al sol continúa siendo un método utilizado que ofrece los mejores resultados. Las frutas desecadas convencionales están impregnadas de un conservante, el dióxido de azufre (E-220), que puede provocar reacciones alérgicas. Ni este aditivo ni ningún otro se encuentran en los de producción ecológica, que también están libres de restos de plaguicidas agrícolas. Por ejemplo los arándanos ayudan en caso de diarreas, infecciones urinarias y problemas circulatorios, gracias a sus flavonoides. Los orejones de albaricoque son bombas de provitamina A y son útiles en casos de cansancio o alteraciones de la piel. Las pasas y las ciruelas tienen valores extremadamente altos de antioxidantes, que protegen frente al daño de los radicales libres, es decir, ante todo tipo de enfermedades, incluido el cáncer. Los higos, con su abundancia de hierro y calcio, se recomiendan durante la etapa de crecimiento y en caso de anemia.
Es un producto emblemático de la vida natural, pero la que se encuentra en los supermercados procede casi con toda seguridad de China y poco tiene que ver con ese líquido ambarino y puro que asociamos al campo y la salud.
*Miel, pero de la buena.  La miel es la mezcla de secreciones de las glándulas de las abejas con el néctar de las flores.La miel producida industrialmente está contaminada con residuos de medicamentos y se ha recolectado antes de su maduración, por lo que contiene demasiada agua. Para frenar su deterioro, se centrifuga a temperaturas altas, lo que destruye vitaminas y, sobre todo, enzimas. Por eso esta mala miel no cristaliza. La que se recoge madura (miel de “celda cerrada”) y se elabora con respeto contiene decenas de sustancias beneficiosas: aminoácidos, minerales (potasio, hierro, fósforo), vitaminas (sobre todo, del grupo B), enzimas que facilitan su digestión, compuestos antibióticos (ácidos orgánicos e inhibinas que ayudan, por ejemplo, en caso de resfriado) y sustancias aromáticas. Pero el sabor dulce delicioso se debe a la combinación de estos elementos con un 85 por ciento de fructosa y glucosa a partes iguales. Puede sustituirlo en infusiones y repostería, y resulta un ingrediente ideal para desayunos y meriendas. Añadida en las recetas de panes y pasteles, hace que tarden más en endurecerse. No obstante, hay que tener en cuenta que al calentarla pierde una parte importante de sus propiedades. Es mejor utilizarla para acompañar yogures, quesos frescos y macedonias.
*Estevia, el futuro más dulce La estevia ha alcanzado la categoría de planta de culto. Es la solución natural superdulce y sin calorías. La hoja de la Stevia rebaudiana ha sido utilizada tradicionalmente en Paraguay, donde se la denominaba “hierba dulce”. En las herbodietéticas se encuentra el extracto seco, aún más dulce: ¡80 veces más que el azúcar!Otro atractivo es que se puede cultivar en el jardín.
Jarabe de arce, Miel de agave, Melaza de la caña de azúcar, Las maltas de trigo, arroz, maíz o cebada, El polvo de algarroba Mediterránea, hay muchas opciones, sobre todo para hacer nuestros postres y dulces.

Se puede leer el artículo entero en la Revista Integral. Enlace: http://www.larevistaintegral.com/2204/tan-dulces-tan-naturales.html

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